El estado emocional del equipo es el conjunto de actitudes, sentimientos y sensaciones de un equipo en un momento dado. Los miembros del equipo contribuyen al estado emocional colectivo pero también lo hacen otros acontecimientos internos y externos al mismo. Todo ello conforma lo que comunmente conocemos como «clima» laboral.
Diferenciemos, por tanto, las emociones personales (leer post anterior) y el estado emocional de un equipo, sujeto a otros condicionantes.
Las emociones, sean individuales o colectivas, son la respuesta a una necesidad y requieren ser gestionadas. No son ni «buenas» ni «malas», tienen una causa y una función.
El estado emocional de un equipo «habla» de cómo se encuentra el equipo y revela su predisposición hacia las tareas, objetivos, desafíos que éste quiera abordar. Esta emoción colectiva tiene efectos impulsores o posibilitadores del cambio y, a su vez, limitadores del mismo.
A continuación encontrarás algunas algunas claves sobre la influencia de diferentes estados emocionales en el la predisposición del equipo:
Estado emocional del equipo | Influencia posibilitadora en el equipo | Influencia limitadora en el equipo |
---|---|---|
Tristeza | Orienta al detalle y el método | Desmotiva |
Miedo | Focaliza lo importante | Paraliza |
Enfado (rabia) | Proporciona fuerza y energía | Genera una actitud defensiva |
Alegría | Promueve la creatividad y la iniciativa | Desvía la atención de las tareas |
Afecto (ternura) | Refuerza vínculos y cohesiona el equipo | Genera dependencia de otros |
Asco | Refuerza los valores propios | Evita confrontar situaciones |
Sorpresa | Activa la atención | Genera incertidumbre |
Satisfacción | Incentiva la motivación y la orientación a resultados | Genera autocomplacencia |
Orgullo | Refuerza la singularidad y el compromiso | Desemboca en vanidad o soberbia |
La inteligencia emocional del equipo reside en su capacidad de gestionar su estado emocional en pro de sus objetivos, sus necesidades y el cuidado de sus miembros.